Una Radiografía es un examen indoloro, genera imágenes que permiten ver el interior del cuerpo y diferenciar entre tejidos blandos y materia densa ,como los huesos. En la mayoría de casos, se toma una radiografía para detectar fracturas e infecciones en los huesos, tumores benignos o cancerosos, artritis, vasos sanguíneos obstruidos o deterioro dental. Es posible usar estas placas para diagnosticar problemas del tracto digestivo o cuerpos extraños que hayan sido tragados.

Cómo prepararse 

Lo que puedes esperar

En cierto tipo de Radiografías es necesario tomar un medio de contraste, este permite demarcar áreas específicas del  cuerpo en la Radiografía. Dependiendo del tipo de Radiografía que necesites, te pedirán lo siguiente: 

Beber una solución de bario o yodo 

Tomar una píldora 

Recibir una inyección 

El Radiólogo, que es el especialista capacitado para interpretar los rayos X y otros exámenes por imágenes, revisa y analiza las imágenes en busca de signos que puedan sugerir algún tipo de afección.

Tu médico analizará los resultados contigo, así como los tratamientos u otras pruebas o procedimientos que se necesiten.

¿Cuándo acudir con un médico ?

Consulta con tu médico antes de someterte a una Radiografía. En caso de estar lactando o estar embarazada es importante decírselo a tu médico. Durante el procedimiento, estarás expuesta a pequeñas cantidades de radiación que pueden ser peligrosas para un feto en desarrollo. 

Dependiendo cuales sean las circunstancias, se podría ordenar un examen de imagenología alternativo para evitar la radiación.